En poco tiempo más, los recursos verdaderamente valiosos del planeta no serán ya los recursos naturales, energéticos, tecnológicos; ni siquiera lo serán recursos intangibles como la información o el conocimiento. En un futuro muy cercano, lo más valioso, como garantía de supervivencia y avance de la civilización humana hacia un nuevo estadio evolutivo, será la bondad.
En este sentido, más que oportuna es la sugerencia de Silo, en su intervención del 7 de mayo de 2005 en La Reja, provincia de Buenos Aires, cuando propone: “En algún momento del día o de la noche, aspira una bocanada de aire e imagina que llevas ese aire a tu corazón. Entonces, pide con fuerza por ti y por tus seres más queridos. Pide con fuerza para alejarte de todo aquello que te trae contradicción; pide porque tu vida tenga unidad”.
Fragmento: Intencionalidad en la evolución humana y universal - Hugo N., 2007
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