A veces, trabajando de adentrarnos en nosotros mismos, caemos en cuenta de algo, de una manera algo especial, algo más clara y a la vez profunda de lo habitual. Cuando a mí me ocurre eso, y lo siento como bueno, como un redescubrimiento de algún aspecto de la realidad que me va a ser beneficioso, siento el impulso, creo que normal, de compartirlo con aquellos a quienes aprecio. Y no se me ocurre lugar más apropiado que este para hacerlo.
Espero no despertar expectativas en cuanto a la importancia del descubrimiento. No quiero valorarlo, es algo tan simple que parece obvio, y tan cercano que se hace extraño no haberlo visto antes, pero aunque simple y cercano no quiero medirlo.
Hace muchos años que aprendí la regla de oro del siloismo: “Trata a los demás como quieres que te traten”. Desde entonces he intentado hacer mío este sencillo mandato. Entendí que es la regla moral más importante que puede guiar la actitud en el mundo de cualquiera que aspire a realizarse como persona.
Sin embargo hoy lo entiendo de forma algo diferente. No es sólo un mandato surgido de la aspiración más íntima del ser humano, sino un camino de liberación.
Silo dijo, “Si persigues un fin, te encadenas. Si todo lo que haces, lo realizas como si fuera un fin en si mismo, te liberas”. Yo, humildemente, añadiría, si tratas a los demás como quieres que te traten, también te liberas.
Querida Isabel y amigos de Faros.
ResponderEliminarA veces, trabajando de adentrarnos en nosotros mismos, caemos en cuenta de algo, de una manera algo especial, algo más clara y a la vez profunda de lo habitual. Cuando a mí me ocurre eso, y lo siento como bueno, como un redescubrimiento de algún aspecto de la realidad que me va a ser beneficioso, siento el impulso, creo que normal, de compartirlo con aquellos a quienes aprecio. Y no se me ocurre lugar más apropiado que este para hacerlo.
Espero no despertar expectativas en cuanto a la importancia del descubrimiento. No quiero valorarlo, es algo tan simple que parece obvio, y tan cercano que se hace extraño no haberlo visto antes, pero aunque simple y cercano no quiero medirlo.
Hace muchos años que aprendí la regla de oro del siloismo: “Trata a los demás como quieres que te traten”. Desde entonces he intentado hacer mío este sencillo mandato. Entendí que es la regla moral más importante que puede guiar la actitud en el mundo de cualquiera que aspire a realizarse como persona.
Sin embargo hoy lo entiendo de forma algo diferente. No es sólo un mandato surgido de la aspiración más íntima del ser humano, sino un camino de liberación.
Silo dijo, “Si persigues un fin, te encadenas. Si todo lo que haces, lo realizas como si fuera un fin en si mismo, te liberas”. Yo, humildemente, añadiría, si tratas a los demás como quieres que te traten, también te liberas.
Creo que es un camino. Habrá que andarlo.
Un abrazo.
Jose.
Querido amigo, muchas gracias por compartir tu sentir.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
M. Isabel