La violencia en el
hombre, movida por los deseos, no queda solamente como enfermedad en su
conciencia, sino que actúa en el mundo de los otros hombres ejercitándose con
el resto de la gente. No creas que hablo de violencia refiriéndome solamente al
hecho armado de la guerra, en donde unos hombres destrozan a otros hombres. Esa
es una forma de violencia física. Hay una violencia económica: la violencia
económica es aquella que te hace explotar a otro; la violencia económica se da
cuando robas a otro, cuando ya no eres hermano del otro, sino que eres ave de
rapiña para tu hermano. Hay, además, una violencia racial: ¿crees que no
ejercitas la violencia cuando persigues a otro que es de una raza diferente a
la tuya, crees que no ejerces violencia cuando lo difamas, por ser de una raza
diferente a la tuya? Hay una violencia religiosa: ¿crees que no ejercitas la
violencia cuando nos das trabajo, o cierras las puertas, o despides a alguien,
por no ser de tu misma religión? ¿Crees que no es violencia cercar a aquel que
no comulga con tus principios por medio de la difamación; cercarlo en su
familia, cercarlo entre su gente querida, porque no comulga con tu religión?
Hay otras formas de violencia que son las impuestas por la moral filistea. Tú
quieres imponer tu forma de vida a otro, tú debes imponer tu vocación a otro...
¿pero quién te ha dicho que eres un ejemplo que debe seguirse? ¿Quién te ha
dicho que puedes imponer una forma de vida porque a ti te place? ¿Dónde está el
molde y dónde está el tipo para que tú lo impongas?... He aquí otra forma de
violencia. Únicamente puedes acabar con la violencia en ti y en los demás y en
el mundo que te rodea, por la fe interna y la meditación interna. No hay falsas
puertas para acabar con la violencia. ¡Este mundo está por estallar y no hay
forma de acabar con la violencia! ¡No busques falsas puertas!. No hay política
que pueda solucionar este afán de violencia enloquecido. No hay partido ni
movimiento en el planeta que pueda acabar con la violencia. No hay falsas
salidas para la violencia en el mundo... Me dicen que la gente joven en
distintas latitudes está buscando falsas puertas para salir de la violencia y
el sufrimiento interno. Busca la droga como solución. No busques falsas puertas
para acabar con la violencia.
Hermano mío: cumple
con mandatos simples, como son simples estas piedras y esta nieve y este sol
que nos bendice. Lleva la paz en ti y llévala a los demás. Hermano mío: allá en
la historia está el ser humano mostrando el rostro del sufrimiento, mira ese
rostro del sufrimiento... pero recuerda que es necesario seguir adelante y que
es necesario aprender a reír y que es necesario aprender a amar.
A ti, hermano mío,
arrojo esta esperanza, esta esperanza de alegría, esta esperanza de amor para
que eleves tu corazón y eleves tu espíritu, y para que no olvides elevar tu
cuerpo.
Fragmento: La curación del sufrimiento
Punta de Vacas, Mendoza,
Argentina
4 de mayo de 1969
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