Queridos
amigos y amigas,
Los
días 7 – 9 de Junio tuve la oportunidad de participar en la inauguración
del Parque Schlamau en Alemania. Eran dias maravillosas, de mucho intercambio y encuentros, muchas ceremonias,
mucha alegría compartida y mucho afecto.
Cuanto
cambio el aspecto físico del Parque desde que lo vi la última vez! Todo
era mucho más amplio que en aquel momento hace algo más de un año. Con unos 150 amigas y amigos de varios países
y continentes estuvimos parados el
día 8 de Junio, alrededor del mediodía, frente al nuevo y hermosísimo portal de acero azul, que marca la
entrada al espacio sagrado,
separando este pequeño pueblito Schlamau, con la presencia de su historia de tantos siglos, en una
maravilloso paisaje.Aquí estuvimos en esta Alemania, con su historia,
con las búsquedas y fracasos de
tantas personas y pueblos, en este paisaje cultural que dio luz a Beethoven, a Mozart, a Goethe, Schiller y
Hölderlin, a Wagner y… a la
monstruosidad.
La
atmosfera era de una inmensa alegría y un gran afecto que estaban creciendo
entre nosotros. Amigas queridas y amigos queridos de tantos lugares con los cuales hemos compartido un largo
camino.
Sentía
que algo muy grande iba suceder. En algún momento se ubicaron muchos de
los que hicieron posible este maravilloso Parque en el portal, y tres de los amigos (provenientes de Alemania
e Austria) empezaron a dirigir
palabras de bienvenida a los participantes, en alemán, español e ingles, con una música muy
particular que se entremezclaba
con las palabras en forma indisoluble en una profundidad insondable. Estaba asistiendo a una sinfonía de
esperanza. Seguían leyendo
despacio y sentido al Camino de El Mensaje de Silo. Escuchando a Sabine, proveniente de Viena, leyendo la parte en
alemán, se me empezaban correr las
lágrimas de conmoción, y mirando a muchos alrededor veía que a otros pasaba algo similar o tal vez lo mismo.
Estuvimos en una correntada de … que ? Que
difícil describirlo! Algo muy
Grande, algo muy Profundo, algo muy particular que no había sentido en otras oportunidades similares. Sentía que
algo muy importante, algo muy
significativo estaba ocurriendo en este instante, y sentí un enorme agradecimiento a estos poquísimos
amigos y a estas poquísimas amigas
que hicieron posible que ocurriera este momento. Seguramente habrán pasado de una dificultad a otra, y
no se arrodillaron frente a las
dificultades, los sobrepasaron, volaron sobre todos ellos en este intento valiente de abrir al futuro una vez
más. Y recordaba al Negro hablando una y otra
vez de la importancia que tiene
Berlín para el proceso histórico.
Gracias
amigas y amigos del Parque Schlamau, gracias Silo.
Un
fuerte abrazo - Dani