viernes, 16 de noviembre de 2012



“La vida desde sus comienzos se ha manifestado en numerosas formas. Muchas son

las especies que han desaparecido por no adaptarse al medio, a las nuevas

circunstancias. Los seres vivos tienen necesidades que van a satisfacer en su medio

ambiente. Esta situación en el medio ecológico se da en continuo movimiento y

cambio. La relación es inestable y desequilibrada, provocando en el organismo

respuestas que tienden a compensar ese desequilibrio y así poder mantener la

estructura, que de otro modo desaparecería bruscamente. Así, vemos a la naturaleza

viviente desplegarse con variedad de formas en un medio ambiente de numerosas

características, distintas y cambiantes, y en su base mecanismos simples de

compensación frente al desequilibrio que hace peligrar la permanencia de la

estructura.

La adaptación al cambio externo implica también un cambio interno en el organismo

para su supervivencia. Cuando este cambio interno no se produce en los seres vivos,

éstos van desapareciendo y la vida elige otras vías para seguir su expansión

creciente. Siempre en lo vital estará presente el mecanismo de responder

compensatoriamente al desequilibrio, que según el desarrollo de cada especie, tendrá

mayor o menor complejidad. Esta tarea de compensar al medio externo, y también a

las carencias internas, se va a comprender como adaptación (y específicamente como

adaptación creciente), como única manera de permanecer en la dinámica de la

inestabilidad en movimiento”…


 
 Silo, Apuntes de psicología I, El psiquismo como función de la vida.

 

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