viernes, 30 de noviembre de 2012
jueves, 29 de noviembre de 2012
PRIMERO PAZ Y LUEGO JUSTICIA. SILO 1969
La paz empieza en uno mismo y luego se transmite a los demás. Hay guerra y
violencia en el mundo porque los hombres no tienen paz en su corazón. Aquel
que odie la injusticia, la opresión, la violencia y la guerra, debe
comenzar por lograr la paz en su conciencia. Cuando una mujer o un hombre
ven una injusticia no deben callarse para no ser cómplices de lo injusto,
sino deben denunciar el atropello públicamente y sin temor a ser
perseguidos. La injusticia surge cuando uno obra con violencia sobre los
demás. Pero hay varias maneras de ser violento. Cuando alguien roba o
explota a otro, hace violencia económica. Cuando alguien persigue, insulta
o difama a otro porque no es de su raza, hace violencia racial. Cuando
alguien quiere imponer por la fuerza su religión a otros o calumnia o no le
da trabajo o expulsa de su trabajo a otro porque su religión es distinta,
hace violencia religiosa. Hasta ahora se ha dicho: “La obra de la Justicia
será la paz”. Yo digo: “La obra de la paz será la Justicia”.-
La paz empieza en uno mismo y luego se transmite a los demás. Hay guerra y
violencia en el mundo porque los hombres no tienen paz en su corazón. Aquel
que odie la injusticia, la opresión, la violencia y la guerra, debe
comenzar por lograr la paz en su conciencia. Cuando una mujer o un hombre
ven una injusticia no deben callarse para no ser cómplices de lo injusto,
sino deben denunciar el atropello públicamente y sin temor a ser
perseguidos. La injusticia surge cuando uno obra con violencia sobre los
demás. Pero hay varias maneras de ser violento. Cuando alguien roba o
explota a otro, hace violencia económica. Cuando alguien persigue, insulta
o difama a otro porque no es de su raza, hace violencia racial. Cuando
alguien quiere imponer por la fuerza su religión a otros o calumnia o no le
da trabajo o expulsa de su trabajo a otro porque su religión es distinta,
hace violencia religiosa. Hasta ahora se ha dicho: “La obra de la Justicia
será la paz”. Yo digo: “La obra de la paz será la Justicia”.-
lunes, 26 de noviembre de 2012
A todos los mensajeros.
Hacemos extensiva esta invitación para el encuentro de El Mensaje de Silo los días 1 y 2 de diciembre.
Encuentro abierto a la participación de nuestros amigos y personas cercanas de nuestro entorno.
El temario será libre, donde las comunidades, mensajeros e invitados, podamos hacer propuestas de intercambio de acuerdo a nuestra inquietud e interés.
Nuestros mejores deseos para que este encuentro nos inspire y nos acerque a encontrar la dirección que nos lleve a la experiencia de lo Profundo en El Mensaje y desde esa experiencia sagrada irradiemos transmitiendo un mensaje de esperanza a nuestros seres queridos y a nuestro entorno.
Nuestros mejores deseos de bienestar para todos.
Paz, fuerza y alegría.
martes, 20 de noviembre de 2012
"Una Intención evolutiva da lugar al nacimiento del tiempo y a la dirección de este
Universo. Energía, materia y vida, evolucionan hacia formas cada vez más complejas.
Cuando la materia se comienza a mover, nutrir y reproducir, surge la vida. Y la materia
viviente genera un campo de energía al que tradicionalmente se ha llamado “alma”. El
alma, o doble energético, actúa en el interior y alrededor de los centros vitales de los
seres animados.
Los seres vivos se reproducen y en ese acto pasa, a través de las células en fusión, el
campo energético que configura un nuevo ser totalmente independiente. Los cuerpos
vivos necesitan de elementos sólidos, líquidos, gaseosos y radiantes, para nutrirse y
realizar sus funciones. Además, los dobles energéticos requieren sensaciones de
distinto potencial para lograr su desarrollo. Con la muerte se produce la disolución del
cuerpo al tiempo que ocurre la separación y aniquilamiento del doble energético.
La evolución constante de nuestro mundo ha producido al ser humano, también en
tránsito y cambio, en el que se incorpora (a diferencia de las otras especies) la
experiencia social capaz de modificarlo aceleradamente. El ser humano llega a estar
en condiciones de salir de los dictámenes rigurosos de la Naturaleza, inventándose,
haciéndose a sí mismo física y mentalmente. Y es en el ser humano donde aparece
un nuevo principio generado en el doble. Desde antiguo a este nuevo principio se lo
llamó “espíritu”. El espíritu nace cuando el doble vuelve sobre sí mismo, se hace
consciente y forma un “centro” de energía nueva.…”
Silo – La religiosidad interna - 2001
viernes, 16 de noviembre de 2012
“La vida desde sus comienzos se ha manifestado en numerosas formas. Muchas son
las especies que han desaparecido por no adaptarse al medio, a las nuevas
circunstancias. Los seres vivos tienen necesidades que van a satisfacer en su medio
ambiente. Esta situación en el medio ecológico se da en continuo movimiento y
cambio. La relación es inestable y desequilibrada, provocando en el organismo
respuestas que tienden a compensar ese desequilibrio y así poder mantener la
estructura, que de otro modo desaparecería bruscamente. Así, vemos a la naturaleza
viviente desplegarse con variedad de formas en un medio ambiente de numerosas
características, distintas y cambiantes, y en su base mecanismos simples de
compensación frente al desequilibrio que hace peligrar la permanencia de la
estructura.
La adaptación al cambio externo implica también un cambio interno en el organismo
para su supervivencia. Cuando este cambio interno no se produce en los seres vivos,
éstos van desapareciendo y la vida elige otras vías para seguir su expansión
creciente. Siempre en lo vital estará presente el mecanismo de responder
compensatoriamente al desequilibrio, que según el desarrollo de cada especie, tendrá
mayor o menor complejidad. Esta tarea de compensar al medio externo, y también a
las carencias internas, se va a comprender como adaptación (y específicamente como
adaptación creciente), como única manera de permanecer en la dinámica de la
inestabilidad en movimiento”…
jueves, 15 de noviembre de 2012
Nuestra moral se basa en éste
principio: “Trata a los demás como quieres que te traten”. Y si como individuos
queremos lo mejor para nosotros, estamos exigidos por este imperativo moral a
dar a otros lo mejor. ¿Quiénes son los otros? Los otros son los más próximos, y
allí donde lleguen mis posibilidades reales de dar y de modificar, allí está mi
próximo; y si mis posibilidades de dar y de modificar llegaran a todo el mundo,
el mundo sería mi próximo. Pero sería un despropósito preocuparme
declamativamente por el mundo si mis posibilidades reales llegaran sólo hasta
mi vecino. Por ello hay una exigencia mínima en nuestro acto moral y es la de
esclarecer o actuar cada cual en su ámbito inmediato. Y es contrario a esta
moral no hacerlo, asfixiándose en un individualismo sin salida. Esta moral da
una dirección precisa a nuestras acciones y además fija claramente a quiénes
están dirigidas. Y cuando hablamos de moral nos referimos a un acto libre, a la
posibilidad de hacerlo o no hacerlo y decimos que este acto está por encima de
toda necesidad y de toda mecanicidad. Este es nuestro acto libre, nuestro acto
moral: “Trata a los demás como quieres que te traten”. Y ninguna teoría,
ninguna excusa, está por encima de este acto libre y moral. No es nuestra moral
la que está en crisis, son otras morales las que están en crisis, no la
nuestra. Nuestra moral no se refiere a cosas, a objetos, a sistemas, nuestra
moral se refiere a la dirección de los actos humanos. Y toda crítica y toda
transmisión que nosotros hacemos o aportamos va orientada en el sentido de los
actos humanos.
Fragmento. 1981. Madrid. Silo
viernes, 9 de noviembre de 2012
El propio registro de la humanidad en otros.
En tanto registre del otro su presencia “natural”, el otro
no pasará de ser una presencia objetal, o particularmente animal. En tanto esté
anestesiado para percibir el horizonte temporal del otro, el otro no tendrá
sentido más que en cuanto para-mí. La naturaleza del otro será un para-mí. Pero
al construir al otro en un para-mí, me constituyo y me alieno en mi propio
para-sí. Quiero decir: “Yo soy para-mí” y con esto cierro mi horizonte de
transformación. Quien cosifica se cosifica, y con ello cierra su horizonte.
En tanto no experimente al otro fuera del para-mí, mi
actividad vital no humanizará al mundo. El otro debería ser a mi registro
interno, una cálida sensación de futuro abierto que ni siquiera termina en el
sin sentido cosificador de la muerte.
Sentir lo humano en el otro, es sentir la vida del otro en
un hermoso multicolor arco iris, que más se aleja en la medida en que quiero
detener, atrapar, arrebatar su expresión. Tú te alejas y yo me reconforto si es
que contribuí a cortar tus cadenas, a superar tu dolor y sufrimiento. Y si
vienes conmigo es porque te constituyes en un acto libre como ser humano, no
simplemente porque has nacido “humano”. Yo siento en ti la libertad y la
posibilidad de constituirte en ser humano. Y mis actos tienen en ti mi blanco
de libertad. Entonces, ni aun tu muerte detiene las acciones que pusiste en
marcha, porque eres esencialmente tiempo y libertad. Amo, pues, del ser humano
su humanización creciente. Y en estos momentos de crisis, de cosificación, en
estos momentos de deshumanización, amo su posibilidad de rehabilitación futura.
Habla
Silo. Fragmento: Acerca de lo humano. 1983